Si viviera habría cumplido 86 años el 1 de junio de 2012. Nace en 1926 y es dada en adopción seis semanas después. Su madre ingresa en un manicomio. Se casa con 16 años; los mismos que tiene cuando, durante la guerra, trabaja en una fábrica de paracaídas y un fotógrafo la elige como modelo. Así nace el prototipo erótico que encandila a varias generaciones.
Treinta segundos junto a Groucho Marx en Amor en conserva le bastan para ganarse al público. No es gratis, claro. Madruga cada día para correr varios kilómetros; se hace algunos retoques en la cara y lima el tacón de uno de sus zapatos para conseguir el contoneo ondulante de sus caderas.
En La jungla de asfalto y en Eva al desnudo consigue pequeños papeles. Pero Niágara la consagra en el mundo entero.
Howard Hawks, en la comedia musical Los caballeros las prefieren rubias, reparte el cóctel sexual entre la morena Jane Russell y la ingenuidad de la rubia Marilyn Monroe.
Intenta contrarrestar su imagen de mujer objeto con humor y cursos de formación. Cuando hunde sus manos en el cemento húmedo del Teatro Chino, propone, irónicamente, dejar también las huellas de sus pechos y glúteos.
Marilyn tiene 27 años cuando se estrena Cómo casarse con un millonario. Al tiempo, celebra su segundo matrimonio con Joe Di Maggio, jugador de béisbol. Como es la más famosa de las actrices puede elegir director. Escoge, a Billy Wilder. La inocente vecina del solterón reprimido, a la cual un viento levanta las faldas, resulta inolvidable en La tentación vive arriba.
Su tercer marido es Arthur Miller, intelectual de izquierdas y dramaturgo. Lejos de serenarse, Marilyn empieza a sufrir trastornos que la obligan a ingresar en un hospital psiquiátrico.
Pero ve por lo menos un sueño cumplido: en 1957 crea su propia productora y viene a Europa para ser dirigida por Lawrence Olivier en El príncipe y la corista.
De vuelta a Norteamérica, Wilder la llama para su comedia Con faldas y a lo loco con Tony Curtis y Jack Lemmon. Las impuntualidades de Marilyn y sus crisis nerviosas desesperan al director y al equipo. Llegó a repetir 65 veces alguna escena. Así, y todo la película ganó, entre otros premios, 6 oscars de la Academia.
Arthur Miller escribió el guión de la que sería la última película de Marilyn. John Huston dirigió Vidas rebeldes y el rodaje fue un desastre de principio a fin. Miller cambiaba el guión cada día; el sistema nervioso de Marilyn requería dosis altas de somníferos y estimulantes. La salud de Clark Gable era delicada. Y el atormentado Montgomery Clift tampoco soportaba la presión. Al día siguiente de finalizar el rodaje, Clark Gable murió.
Al poco tiempo, Marilyn y Miller se divorciaron y, para colmo, la película fue un fracaso. El 19 de mayo de 1962 el presidente Kennedy cumple 45 años. Marilyn, delante de quince mil invitados, en el Madison Square Garden, canta Happy Birthday haciendo pública su ya larga relación amorosa. La noche del 5 de agosto no acude a una fiesta. Se ha tomado un frasco entero de somníferos. Hace una llamada al Presidente y se deja morir. Aunque no está claro. Tiene 36 años.
Según dijo: «Ya sé como seré recordada. Aquí yace Marilyn Monroe: 86-60-91».
Los primeros vecinos de La Conce tuvieron la suerte de vivir casi pegaditos al Mercado de Canillas, fundado en los años cuarenta y referente durante décadas de la actividad comercial, económica y social de Ciudad Lineal; si bien en los últimos tiempos su aspecto se había dejado arrastrar por la decrepitud del edificio y la carencia de higiene. La inauguración del Mercado de Las Ventas tal como es hoy, no se llevó a cabo hasta 1995. Ubicado en la calle Virgen de la Alegría —nombre premonitorio ¿quizás?— y con un diseño terminado en algo parecido a la quilla de un transatlántico —¿dispuesto a navegar por la M-30, tal vez?— acoge a una buena parte de los comerciantes del antiguo edificio. Los habituales clientes no sólo son los vecinos del barrio; son bien conocidos los apañados precios de los productos a la venta, razón primordial para atraer a otros muchos que se pasean por los puestos valorando mercancía y ahorro.
Los responsables del mercado presumen —como también hizo el Alcalde de Madrid en una visita— de disponer de una planta dedicada a productos ecológicos. No obstante la escasez de interesados por este tipo de alimentación o la carencia de publicidad deja a la vista un inmenso local desangelado.
Salas con estanterías llenas de productos a la espera de probables compradores. ¿No hay modo de animarlo?
Este mercado, que parece la joya de la corona, tiene actualmente serias dificultades. Los comerciantes de la primera y segunda planta reclaman a Ventas Ecológicas, de la tercera, un millón doscientos noventa y cinco mil euros de atrasos en el pago de los gastos de comunidad. El director de Ventas Ecológicas contesta que ha pagado y, además, por adelantado. El asunto está en el juzgado.
A quien corresponda: ¿No habría una manera de solucionar este conflicto y que el mercado de Las Ventas de Madrid reflote de estos vientos y mareas y continúe siendo lo que es, el corazón de barrio?
