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Arthur Penn, la habilidad de un relojero

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Arthur Penn, fue un cineasta de lujo no por su larga filmografía sino porque renovó los géneros clásicos del cine.
Aunque la tradición familiar le empujó a ser relojero, le tiraba más el teatro. De ahí que durante su servicio militar en la II Guerra Mundial organizara espectáculos para los soldados. 
Se inició como actor, escribió obras de teatro, fue realizador de televisión, redactor jefe de la revista Cinema y fundó un Instituto de Cultura Cinematográfica. En 1958 rodó su primera película: El Zurdo. A partir de ese momento alternó cintas del Oeste, con policíacas; dramas humanos, con cine musical. Siempre compensando ironía y lirismo, violencia y crítica. Luciendo el pulso de un trabajador de la exactitud.
Como era de letras, le gustaban las adaptaciones teatrales. La primera fue El milagro de Ana Sullivan y recordarán aquella memorable escena en que la niña consigue doblar la servilleta a costa de que el comedor y la institutriz quedasen en ruinas. 

Detrás de ésta llegó La Jauría Humana —para la que necesitó hasta 10 guionistas— con un­ Marlon Brando como honorable sheriff empeñado en que nadie se tome la justicia por su mano; Robert Redford, demasiado peinado y limpio para ser un fugitivo y Jane Fonda, como la esposa del convicto. Arthur Penn muestra en esta cinta cómo el pánico se apodera de una pequeña ciudad del estado de Texas cuando se enteran de que un oriundo, se ha escapado de la cárcel. Un suceso así, destapa la brutalidad de los vecinos, todos con demasiadas ganas de linchar al fugitivo.

Los asesinatos a políticos, la lucha por la igualdad de derechos civiles y todos los ojos puestos en Vietnam, a finales de los 60, le permiten la crítica más ácida a la sociedad americana.
Se atreve a revisar la historia o a denunciar el genocidio indio, desmitificando figuras como la del general Custer en Pequeño Gran Hombre.
Con otro golpe de péndulo dirige El Restaurante de Alicia y es nominado al Oscar como Mejor Director, en 1970. Esta película trata sobre hippies, sus ideales y la persecución que sufren. Arlo Guthrie, músico de folk-rock se interpreta a sí mismo. 
Cuando a Penn le llega la hora del cine policíaco, Faye Dunaway y Warren Beatty, muestran a través del mito romántico de una banda de atracadores violentos, la América profunda en Bonnie and Clyde.
La noche se mueve, de intriga, cuenta la inquietante historia de un detective, Gene Hackman, contratado por una actriz en declive para encontrar a su hija.
En otro western, Missouri de 1976, convierte a Jack Nicholson en el cabecilla de una banda de ladrones de caballos y a Marlon Brando en un asesino lunático contratado por los terratenientes para que acabe con los cuatreros. Como verán el mundo al revés. El director pone la ley y el orden patas arriba con humor y sadismo.
En fin, Arthur Penn es el director que reconstruye los géneros clásicos del cine con la precisión del relojero que a su padre le hubiera gustado que fuera.