8 DE MARZO, UN DIA POR Y PARA LA MUJER

Ciento veintinueve costureras se encierran en una fábrica para reclamar igualdad salarial, reducción de la jornada laboral a diez horas y tiempo para la lactancia. El propietario prende fuego a las instalaciones con ellas dentro. Mueren todas.

Esto no es el argumento de una película. Es un hecho real ocurrido en Nueva York el 8 de marzo de 1908.

 Por sucesos como éste y otros menos trágicos, las mujeres son el tema de infinidad de guiones de cine. En la pantalla las vemos trabajar, amar, parir, luchar, reír, llorar... en resumen: vivir. 

 

Cuando la cámara se mete en una fábrica, las encontramos reivindicando sus derechos como Norma Rae, por la que Sally Field ganó un Oscar; o cantando —como Björk— para aligerar las penas en Bailar en la oscuridad.

 

Aunque hay otras que alcanzan un puesto en las altas finanzas usando sus Armas de mujer.

 

 

El cine ha creado mujeres implacables, como la Anne Baxter de Eva al desnudo, que bordó su papel de  ambiciosa  pasando por encima de quien se pusiera en su camino con tal de ser una actriz famosa. Y eso que enfrente estaba ni más ni menos que la gran Bette Davis.

 

O inseguras y solitarias como  en Rachel, Rachel, interpretada por Joanne Woodward con la que ganó un Globo de Oro.

 

Dentro y fuera del cine las mujeres son madres, hijas o esposas y, muchas veces, las tres cosas juntas. En Y si las paredes hablasen, nos cuentan cómo 3 mujeres distintas afrontan un embarazo no deseado. 

 

 

 Sin embargo muchas veces por la necesidad de ser ellas mismas, son guionistas y directoras quienes colocan a la mujer donde ellas creen que deben estar, la verdad es que son muchos más los directores que se enfrentan o contemplan su vida y obra

 

 

En Thelma y Louise, con la majestuosa interpretación de dos actrices en estado de gracia y juventud, Susan Sarandon y Geena Davis son ellas mismas mientras viajan para encontrar su libertad. El trepidante guión de esta road movie que deja sin aliento —escrito por Callie Khouri, mujer con pulso y visión extraordinarias—, pone en bandeja a Ridley Scott una dirección suprema.

Pero también reclaman su libertad  Vanessa Redgrave, Marian Seldes y Sharon Stone cuando defienden sus sentimientos contra viento y marea en Mujer contra mujer, tres episodios de amor entre mujeres, dirigidos por mujeres.

 

Las mujeres están delante de la cámara pero también detrás. Jodie Foster —a quien vimos interpretar a una prostituta en Taxi Driver o a una detective inteligente en El silencio de los corderos— dirige la comedia ácida A casa por vacaciones, donde aborda el ideal de familia feliz que, a menudo, se convierte en campo de batalla. 

Y, sin salir de España, directoras como Pilar Miró, quien se atrevió con El crimen de Cuenca, una historia real sobre la tortura y dura donde las haya. Tardó en estrenarla dos años al haber prohibido su exhibición el gobierno de UCD. Si lo que pretendían era enterrarla, no lo consiguieron. Los cines se llenaron, las revistas y periódicos no dejaron de hablar de su valentía y fue un enorme éxito. Ella continuó, libre, rodando lo que la interesaba.

 

Iciar Bollain, quien empezó de niña como actriz y trabajó con Víctor Erice en El sur y con Gutiérrez Aragón en Malaventura, tiene en su haber un buen ramillete de obras como directora. Empieza a llamar la atención con la desenfadada y profunda Hola, ¿estás sola? Y a partir de ahí, llegarán Flores de otro mundo, Amores que matan, Te doy mis ojos, —una película valiente sobre el drama constante del maltrato a las mujeres— que le reportó el reconocimiento de los profesionales del cine, un buen número de premios y el aplauso general del público.  

 

 

Isabel Coixet ha creado personajes femeninos con coraje, luchando contra la enfermedad, la soledad, los malos tratos o a favor de las relaciones de pareja y su libertad. Y si no, sólo hay que revisitar, entre otras, Cosas que nunca te dije, A los que aman, Mi vida sin mí, La vida secreta de las palabras y, desde luego, la que acaba de presentar en el Festival de Berlín, Ayer no acaba nunca.

 

Mientras, Maribel Verdú recibe el Goya 2013 como Mejor actriz por componer una interpretación estelar en Blancanieves, la impresionante película muda de Pablo Berger. Y, además, ahí están Candela Peña —también premiada como Mejor actriz de reparto por Una pistola en cada mano— y Aitana Sánchez Gijón, Emma Suarez, Penélope Cruz, Carmen Maura, Concha Velasco, Blanca Portillo, quien tanto dirige teatro, como actúa y en cualquier género ha bordado sus interpretaciones. Y otras muchas que  vienen pidiendo espacio, dan expresión a los sentimientos y reciben premios y reconocimiento. 

Felicidades a todas; a las que miran la pantalla, y a las que se asoman en ella. 

Paca Arceo

13 de Febrero de 2013