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Los hombres que no amaban a las mujeres. La película

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Foto hecha por Paca Arceo Derechos reservados

Tenía intención de no decir ni una palabra de Millenium, las novelas de Stieg Larsson, hasta que no leyera la tercera entrega y tuviera que sollozar rotundamente por esas otras siete que nos ha robado el destino. Claro que al escritor le ha quitado la vida. Por esta causa me voy a ceñir a la película.

Fui al cine con cierta prevención, sabiendo que nunca podría ser lo mismo y dudando de que el resultado me dejara sin aliento, como así pasó con el primer volumen. Dicho lo dicho he de alentar el ir a verla. ¿Pegas? Puede haberlas para los ortodoxos, esos que quieren que todo se haga tal cual se ha escrito, pero no para mí, pues pienso que aunque la película esté basada en una novela, hay que dejar manga ancha a director y guionista para ciertas licencias. Desde luego no puede resumir cerca de setecientas páginas en dos horas y media —metraje que va en alta velocidad, mantiene en vilo y no permite apenas respirar—. Resumiendo: un atractivo trabajo, unos actores solventes y creíbles —superlativa Noomi Rapace, en el papel de Lisbeth Salander, ¡hasta anda como ella!, según la describe Larsson—; a pesar de que no aparezcan una serie de temas importantes —por ejemplo: la inmundicia y el fascismo que muchos suecos guardan debajo de sus alfombras—, la película es un ente en sí misma, con vida propia, intriga a tope y crítica total a los abusos sexuales y malos tratos contra las mujeres.

Si alguien tiene algo que decir que hable-escriba ahora, o vaya al cine y calle durante la sesión. Buena tarde o noche. Aquí nos encontrareis para las controversias.