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Consultorio

Consultorio Flandis. El dodotis del loro

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Consultante: Señora Flandis, estoy desesperada. Me regalaron un loro precioso, encantador. Dice papá y mamá, Bobo, bobo, guapa, guapa.
Nos alegra tanto verle volar libre..., no soporto las cárceles...
Pero se caga en todo. En todo el tresillo, la pantalla de plasma, la boisserie, el kilin de Estambul, el juego de svarobskis... ¡Un horror! Le voy a mandar a tomar viento, literal, ¡a la puta calle!

Loro papagayo foto Paca Arceo

Consultorio Flandis. Mi novia de easyJet

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Consultante: Señora Flandis, lo mío es urgente. Se trata de mi novia. Es muy... original. Detesta sobre todas las cosas ser como todo el mundo. Y a mí, la verdad, eso me gusta, pero también me causa problemas. No hablo de sus orejas verdes, ella dice que es para escuchar mejor a la naturaleza, ni que se sepa de memoria las 1080 recetas de cocina de Simone Ortega, son su mantra. No, no, ahora se ha enterado de que la aerolínea EasyJet celebra bodas en vuelo —que oficia el piloto— y me ha dicho que o se casa volando o no se casa.
Señora Flandis, yo, taxidermista de profesión, ¿podré con una boda tan excéntrica?

Señora Flandis: Querido amigo: yo me aseguraría primero de que su novia está hablando en sentido literal o puede que sólo le hayan entrado las prisas.

Novios Flandis easyJet

Consultorio Flandis. Me cuarteo

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Consultorio de la Sra. Flandis.

 

Me cuarteo

 

Consultante: Tengo un problema mayúsculo, señora Flandis. Me cuarteo. Mi piel es un secarral, hasta tal punto que forma un mapamundi, lleno de surcos, cunetas y precipicios. En realidad soy una antigua cordillera.

¡Si usted me viera…! Esto va a más. Los pelos crecen cómo y dónde les da la gana. Los que sobresalen de la nariz se juntan con los del bigote y los de las cejas son persianas para mis ojos, ya oscurecidos por las cataratas, y no del Niágara. Por no hablar de estas colgaduras bajo vientre tapando aquello que nunca llamé mis vergüenzas por las muchas alegrías que me dieron. Sin embargo ahora, a pesar de provocarlas cuanto puedo, no rechistan las muy jodías. A ver, dígame usted: ¿qué puedo hacer para ligar con la vecina del quinto, que está más güena que un pan candeal y pasa por mi lado sin verme y sin frotarse?

 Consultorio Flandis

Consultorio Flandis. Los ladridos

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Consultante: Señora Flandis, no aguanto más. Es insoportable. Los ladridos de los perros me taladran la cabeza. Necesito que el bozal se declare de utilidad pública. Que pongan expendedores en la calle como los de los condones. O que les den a esos animales algo en la comida que les rebaje esa furia expresiva, como el bromuro a los soldados. Mal está que haya que ir sorteando por aceras y parques las plastas que los maleducados dueños de los canes no parecen ver. Pero esos agudos...

Con orejeras para no oír los ladridos

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